jueves, 28 de junio de 2012

La potenciación de un elemento fotográfico por medio de retoque digital hace resaltar su independencia



No es necesario describir la actual hibridación entre disciplinas artísticas para fundamentar el mestizaje con la pintura que se da en mis fotografías. Sin embargo, sí me interesa bucear en el sentido de esa hibridación, en las características que dimanan del trabajo.



Paco Vivo, Paseo nocturno con Niepce. Cuidado que nos perdemos.  2011



  No creo que el resultado de mis fotografías sea pictórico tan solo porque yo venga del mundo de la pintura y mire con ojos de pintor, que también, sino porque, la potenciación de un elemento fotográfico por medio de retoque digital hace resaltar su independencia y denota con más fuerza su estamento estético y no por ello deja de pertenecer al ámbito de la fotografía.
Pero, ¿qué tontería hago dejando intuir que la fotografía forma un ámbito aparte de los demás discursos artísticos? Más bien, habría que reconocer que la fotografía también está compuesta por elementos que se pueden elaborar y si estamos de buen humor escuchar, en su justa media, las opiniones de los puristas. Cuántas veces hemos oído que se está perdiendo algo del fotógrafo, de su máquina, de sus ideas plasmadas en una toma, de respetar lo que la cámara puede hacer y listo. Lo que importa es el hecho artístico, no la disciplina. Poco falta para conmemorar el centenario de la nueva objetividad alemana o del grupo f/64, (veinte años no son nada) y ahí estamos dándole vueltas a la fidelidad en el detalle, a qué pasa si manipulamos lo que la cámara ha recogido, que si no tiene profundidad de campo o si la variedad de grises entre el blanco y el negro deja que desear. Todo esto me recuerda las conversaciones de mi época de estudiante a principios de los ochenta. Y parece mentira, pero demasiada gente todavía está mucho más que influida por esas normas.



Paco Vivo, Paseo nocturno con Niepce. A pie no hay por qué seguir la dirección obligatoria.  2011



En pintura hace más de un siglo que se reconoció la independencia de sus elementos sobre la representación. Con la  fotografía andamos anclados en el reconocimiento de los objetos. Y, siendo esta su connotación más idiosincrásica y complicada de afrontar o te llevas bien con ella o te perturba en todos los proyectos, porque es difícil de soslayar.



Paco Vivo, Retrato nocturno. 2011



  Paco Vivo, Paseo nocturno con Niepce.¿dónde estás?  2011

                                                  

Mis fotografías conservan, a pesar de la manipulación, esos rasgos objetuales, lo que les da el aspecto de verosimilitud y hace más fácil la mirada de reconocimiento, pero, por otra parte, esta característica aún complica su comprensión como creación plástica ya que dificulta la mirada abstracta o conceptual. Como lo que decía Gerhard Richter cuando argumentaba que le resultaba difícil convertir la fotografía en pura imagen y que por eso estaba obligado a pintar una copia.




Paco Vivo, Restricción informativa mirando el perfil del cielo. 2011





Paco Vivo, Restricción informativa mirando el doblez del cielo. 2011



Por otra parte cierto número de mis fotografías son composiciones de varias fotografías por lo que muchas de ellas no tienen congruencia objetual, es decir, aunque se reconozca un objeto, posiblemente dicha figura sólo sea la luz, un determinado color o la sombra de tal objeto. Incluso, pueden estar enfocados el primer y último plano pero no el central, se desvían las perspectivas, no concuerdan sus formas o líneas estructurales o le faltan partes que a veces completo a otra escala, etc. No me preocupa el realismo, la relación de fidelidad formal con el objeto, aunque si tengo cierta consideración con la verosimilitud para oponerla a las incongruencias, lo que será el detonante de la extrañeza en el espectador, el generador de cuestiones y preguntas ante la incertidumbre.



Paco Vivo, Foundfootage fotográfico. 2011

                                    


                                  Paco Vivo, Paseo nocturno con Niepce en otros términos.  2011



Ya que he considerado importante el contexto, presento varias fotos de la serie que he llamado Paseo nocturno con Niepce, para que se complementen con las que mostré en la entrada ¿Por qué fotografía y no pintura? A las que sumo dos más de otra serie que llamo Restricción informativa mirando el cielo y de la que también iré subiendo más trabajos.      



Paco Vivo, Londinense repetición inversa. 2011




















martes, 26 de junio de 2012

Quieren que continuemos valorando un tipo de imágenes acríticas que no asumen ninguna responsabilidad


Hola Bryan,
Estaba buscando las fotografías que me enseñaste por internet para poder comentarlas y en la búsqueda encuentro otra página de un concurso internacional de fotografía que se presenta de este modo:
Los premios de fotografía Sony World Photography Awards están considerados como el principal programa de galardones fotográficos que existe hoy en día a nivel mundial.
A través de una serie de concursos anuales, esperamos descubrir nuevos talentos en el mundo de la fotografía y la imagen en movimiento. Tanto si estás dando los primeros pasos como si ya eres un profesional avanzado, puedes participar en los concursos que mejor se adapten a tu nivel y experiencia.
Estos concursos son tu oportunidad para mostrar tus habilidades y tu trabajo ante una audiencia global. ¡Inspírate, coge tu cámara y se creativo! ¡Podrías ser el próximo ganador!

Y en otra página dicen:

Cada año los Sony World Photography Awards descubren y celebran lo mejor de la fotografía contemporánea internacional. Hasta la fecha, se han recibido más de 430.000 fotografías de 178 países. La participación es gratuita y las imágenes serán juzgadas por destacadas personalidades de la comunidad fotográfica. Los premios proporcionan reconocimiento mundial y la exposición de los trabajos de los ganadores y preseleccionados. Entre los ganadores de ediciones anteriores se incluyen Alejandro Chaskielberg, Simon Norfolk, Paolo Pellegrin, Robin Hammond, Rena Effendi, David Zimmerman y el ganador del L’Iris d’Or 2012, el fotógrafo norteamericano Mitch Dobrowner.



Mitch Dobrowner
    
Como te decía en el escrito anterior, estamos saturados de imágenes que vemos sin contexto y con este tipo de concursos, desde instancias con crédito como Sony, vienen a decirnos que hagamos imágenes para mostrar nuestras habilidades y nuestro trabajo. No para descubrir algo sobre nuestra experiencia, sino hablar por hablar, es decir, consumir. No nos dicen que hagamos fotografías para comprender el mundo o para comunicarnos. La intención está clara, lo que quieren es hacerse publicidad y vender sus artículos. Finalidad muy lícita, pero en el fondo puede que hayan otras intenciones no tan visibles. Si repasamos las fotografías que presentan vemos que tienen calidad, sin embargo hay un algo que no me deja tranquilo. Intuyo que muy probablemente, lo que buscan es que se consuma la imagen prototípica del ciudadano medio que es quien les compra sus productos. No es que las fotografías hechas por cualquier persona no tengan valor, que lo tienen, sobre todo personal. Y seguro que los fotógrafos que se presentan al concurso nos pueden decir muchas cosas en el discurso completo de su obra, pero una vez su fotografía ha sido descontextualizada sirve para ofrecer otro mensaje. Lo que no me gusta es que intenten manejarnos. Quieren continuar sobrevalorando un tipo de imágenes acríticas que no asumen ninguna responsabilidad, que son neutras, pero hechas con muy buena técnica, con una buena cámara, mucho mejor si es de su marca.  Por eso dicen que los premios Sony World Photography están cerca de la vanguardia de la fotografía, que abarca nuevas tendencias y explora las posibilidades fotográficas del avance de la tecnología.




                                           Krzysztof Browko.  

Aprovechando su nombre como autoridades en la materia, quieren educar la opinión pública ofreciendo, un tipo de imagen inocua que fomenta la visión exótica, la falsa introspección sicológica, la belleza paisajística del prospecto turístico. Este tipo de fotografías es una nube de humo que nos ciega, que no nos deja ser críticos, al contrario nos adormece para lograr un interés muy marcado: que sigamos siendo unos incultos lectores de imágenes para de este modo educarnos con sus mensajes no tan subliminares y en general que no cambie el sistema de valores humanos y sobre todo los valores de mercado.



                                                Tobias Braeuning




                                             Denise Worden





lunes, 18 de junio de 2012

Si desconfío de una buena imagen, es que desconfío de todas las imágenes.


Bryan, después de ver tus fotos y de la charla que tuvimos el otro día he estado dándole vueltas a la cabeza sobre un tema que comentamos y que denominamos, de forma rápida, fotos turísticas, englobando muchos conceptos en un solo término y que no tienen nada que ver con eso.
            Lo que me pasa personalmente al ver ese tipo de fotografías, las que hacemos aquellos que nos gusta la fotografía cuando vamos a otro país, a otra ciudad o a un lugar sugerente, sobre todo cuando son como un reportaje, es que tengo la sensación de “déjà vu”, de que ese código me transmite algo ya empaquetado listo para consumir.
Para acercarme más a la idea me viene como anillo al dedo lo que dice Huang Du, comisario de una de las exposiciones de PHotoEspaña 2012 que se celebra estos días en Madrid, sufrimos violencia, tenemos ansiedad y estrés producido por el constante bombardeo visual e informativo.
            Estamos saturados de imágenes vistas en televisión, internet, etc., que se distribuyen por igual por todo el mundo, que dan forma a nuestra manera de comprender lo real, que nos dicen cómo tenemos que ser o qué hacer.
            Al ver estas fotografías “turísticas”, “documentales” que se parecen tanto unas a otras, tanto que se pierde el contexto, la intención, el ánimo de quien las hizo, me viene la incertidumbre, la desconfianza, el escepticismo sobre el propósito de quien las ha hecho, e incluso la sospecha de si no está repitiendo esquemas preestablecidos impuestos por el sistema social dominante. También pienso en la ingenuidad de quienes las hacemos.

            ¿Qué hay o qué se pretende en muchas de estas fotografías que respetan la técnica, que buscan la reproducción más detallada o la fidelidad tonal, que tienen una composición esmerada y que incluso nos cuentan una historia conmovedora? No hay que infravalorarlas, pero desconfío de ellas. Necesito saber más, porque como decía el texto de presentación de la mencionada exposición Ansiedad de la Imagen, “recibidas por quienes las contemplan desprovistas de toda contextualización geopolítica, contribuyen a un mayor desconcierto y a una necesidad ineludible de codificarlas”. Y añadiría que las codificamos incorrectamente o más bien de forma mediatizada. http://www.fundacion.telefonica.com/es/que_hacemos/conocimiento/exposiciones/actuales/ansiedad.htm



                                    Chen Chieh jen - Las fronteras de imperio - Western Enterprises, Inc.
                                     / Empire’s borders II—Western Enterprises, Inc., 2010              
                   

Si desconfío de una buena imagen, pongamos por ejemplo de Chen Chieh jen, uno de los fotógrafos seleccionados, es que desconfío de todas las imágenes. Y es que, en un mundo donde se está transformando el modo de comunicación, no nos queda otra. A pesar de las dudas que me generan más fotos de esta exposición, veo muy acertada la segunda idea del texto, que te cito: “Un mundo nuevo que incardina conceptos y usos colectivos desconocidos para las sociedades tradicionales, que transforma la manera de comunicarnos y los mecanismos necesarios para procesar la información recibida y que, por todo ello, produce desasosiego e inquietud”.
Por eso me gusta la fotografía que tiene algún elemento que rompe la armonía, como en la foto que me enseñaste donde un brazo entra de pronto en el encuadre o aquellas otras con algún desenfoque.
Me parece más acertado, con más fundamento, que la fotografía nos haga pensar en esa incertidumbre, no porque desconfiemos de su mensaje, de su pensamiento, sino porque planteamos la perplejidad como una de sus intenciones. No es que debamos buscar  lo que nos haga sentir escépticos como propiedad del mundo que nos ha tocado vivir, sino que,  miramos desde otro punto de vista, aunque no lo sepamos ubicar.
Por otra parte, tampoco es que debamos buscar lo imprevisto para crear la duda como síntoma de lo que acaece, sino, desde el campo de la comunicación, saber reconocer la autonomía de los elementos fotográficos, las propiedades de este lenguaje, que ya vive en internet, época en la que lo importante es quién da y cómo se da el valor y el sentido a la fotografía y que en libertad ampliará nuestros horizontes y nos dará imprevistos e interesantes resultados.

Por hoy ya está bien. En próximos días intentaré ampliar un poco más la idea.


viernes, 1 de junio de 2012

¿Por qué fotografía en vez de pintura?




¡Cómo pasa el tiempo! Hace ya tres años que no cojo un pincel. Sin embargo, considero que no he dejado de pintar en todo este periodo. He hecho algunos vídeos y sobre todo fotografía, miles de fotografías, de las que he trabajado digitalmente algunos cientos.
El primer pálpito que se me impone a cualquier otra sensación es el de la pregunta ¿Por qué fotografía en vez de pintura? De forma espontánea y mordaz me contesto: porque no me mancho las manos. Tras el golpe campechano me vienen otras impresiones. Así, me digo que es cuestión de apetencia. Porque encuentro en la fotografía, en estos momentos, unos matices que me hacen disfrutar. Aunque, echo de menos el silencio de la concentración antes de dar una pincelada frente el ruido sordo de fondo del ordenador. Lógicamente, antes he apretado el botón, es decir, hay un plan previo. No todo es postproducción.
No sé si los pinceles no salen de su cajón por el antiguo pecado de la acedía, que para muchos fue inspiración, o porque las nuevas posibilidades tecnológicas son generosamente expresivas.



Paco Vivo, Paseo nocturno con Niepce. 2011


 Con la fotografía no estoy sujeto a la construcción física de la forma. Parto de un esquema dado por la impresión lumínica. En pintura tengo que trazar materialmente sobre la superficie impoluta del soporte una estructura, dar color, vigilar el trazo, proporcionar los elementos que dispones. Cualquier paso que doy deja una huella que condiciona el siguiente, aunque lo tape o borre. La primera decisión conforma el resultado final. Picasso explicaba que la propia pintura le decía lo que tenía que hacer. Un trazo pide otro, un color una correspondencia.
En fotografía digital postproducida me ocurre algo parecido, pero no es tan directo, las resonancias de un paso llaman a otros pero su vinculación es menos aprehensible. Por otra parte, los pasos de creación digital son etéreos, no me refiero a que no se note la herramienta utilizada para conseguir determinados efectos, sino a que para llegar a punto he desechado otras posibilidades que he trabajado y que no están en la solución final y de ellas no queda ninguna huella porque he tirado esas capas que no me interesaban para que el documento no pese demasiado. Podría dejarlas, pero muchas de ellas no merecen la pena.
Doy por descontado que la fotografía se construye, como una pintura, una escultura, una instalación, etc. que no depende de un instante inalterable. La huella fotográfica puede estar arropada por muchos parámetros que se pueden manipular y aunque no sean propiamente, como podríamos entender por la etimología de la palabra, escritos por la luz, son tan lícitos artísticamente como si proviniesen de la mismísima cámara oscura de Niepce.


Paco Vivo, Paseo sobre los tejados de Niepce. 2011

Tanto la pintura como la fotografía dependen de una técnica que el artista debe dominar. Las dos técnicas han cambiado a lo largo de la historia, pero la fotografía está influida en mayor grado por el progreso tecnológico. No podemos pedir las mismas cualidades expresivas a una fotografía de cámara estenopeica que a otra digital, lo mismo que no le pedimos la misma impronta a una acuarela que a una pintura al óleo, cada técnica tiene su prestancia. Cada técnica ofrece sus peculiaridades de expresión y en la actualidad la fotografía digital tiene unas características que hay que aprovechar para concretar ideas artísticas particulares que sólo te dará esta técnica. Cuando ésta cambie, cambiará su forma expresiva. ¿Será entonces fotografía? Personalmente poco me importa cómo se le llame, me importará qué características ofrecerá tal técnica para la creación.




Paco Vivo, El otro lado. 2011