jueves, 4 de abril de 2013

Lo cotidiano - Rebeldía contra la pretendida normalidad.


             
1 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Hablo de la cotidianidad porque me encantaría encontrar en lo común de las cosas ese momento especial por el que merece la pena vivir, para tener ganas de seguir viviendo, con el deseo de aprender de cada situación.  
Me gustaría, como Julio Cortázar, sostener una rebeldía contra esa manera mecánica que tenemos de relacionarnos con los objetos y las personas, dictada por el sentido común y la pretendida “normalidad”.

    
2 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012
         
            
En la entrada de este blog “Las imágenes de los medios de comunicación conforman nuestra vida cotidiana” de Septiembre de 2012,  decía que:
“La palabra cotidiano encierra una trampa. Hoy vivimos lo cotidiano como un mundo de ficción, teñido de irrealidad, donde el tiempo de la vida se despilfarra en un letargo embotado. No nos paramos a ver qué son las cosas y a disfrutar de ellas así que no conocemos las sensaciones que producen, porque no sabemos separarlo de aquello que nos transmiten los medios. Lo cotidiano se hace invisible y, al fin, para que salgamos de nuestro retraimiento tiene que ocurrir algo extraordinario. Por esto en mis fotografías intento mirar las cosas desde otro contexto y hacerlas extraordinarias, que algunos de sus elementos alcancen notoriedad, es decir, pongo en alerta el sistema perceptivo, analizo lo que miramos, hago que se vea el artilugio y deseo hacer sentir la sensación de novedad, como cuando volvemos a casa después de un viaje, donde lo antiguamente cotidiano nos parece desconocido y se ha convertido, por un instante, en  algo nuevo”.


3 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Los problemas, la complicación para ver la trampa la encontramos en la indefensión de nuestra mirada, no hemos sido educados para ver críticamente; todo lo contrario somos bombardeados desde nuestro nacimiento para que seamos productores de riqueza mal repartida y dóciles consumidores de la misma.
Si deseamos encontrar en lo cotidiano algo diferente, verlo con nuevos ojos, tenemos que esforzarnos por saber qué es y cómo caemos en el lugar común antes que en la realidad de la vivencia, para de este modo sentir libremente.                   

                          
La filósofa húngara Agnes Heller define la vida cotidiana como “el conjunto de actividades que realizamos en situaciones concretas para satisfacer nuestras necesidades y, en consecuencia, para seguir viviendo. Es lo común, lo habitual, lo que hacemos todos los días, y por hacerlo todos los días no lo registramos verdaderamente. Es la realidad que aparece como autoevidente, compartida con otros semejantes que la experimentan como nosotros y que constituye el basamento fundamental en el que se crea y se re-crea la sociedad como un mundo intersubjetivo.

4 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Para Heller, así como para otros sociólogos, la vida cotidiana es la dimensión fundamental de existencia social. Pero ella va más allá de la forma en que se manifiesta y agrega:
"... La vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracterizan las reproducciones particulares creadoras de la posibilidad global y permanente de la reproducción social... En toda sociedad hay pues una vida cotidiana: sin ella no hay sociedad"
La vida cotidiana es, por lo tanto, el fenómeno universal, presente en toda sociedad en la que se desarrolla y expresa la reproducción social. Es el cúmulo de actividades que realizan las personas en determinadas condiciones sociales para poder vivir. Es la dimensión social central en la que todo hombre desarrolla su personalidad; en la que pone en acción todas sus capacidades intelectuales, afectivas y emotivas. Actúa con todo lo que es y cómo es;  lo cotidiano es la vida del hombre entero”.

5 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


En otros estudios Agnes Heller amplía la idea diciendo que “la cotidianidad es la forma real en que se viven los valores, creencias, aspiraciones y necesidades". Lo que se complementa con la visión de Irving Goffman, para quien “la vida cotidiana son nuestras vivencias diarias, repletas de significados, intereses y estrategias. Estrategias entendidas como esa serie de comportamientos que nos permiten crear la red personal de caminos por los cuales diariamente transitamos y construimos nuestras relaciones sociales.”

En estas definiciones hay unos binomios de palabras o conceptos que muestran una relación clave a tener en cuenta para poder acercarnos a lo cotidiano con un nuevo espíritu:

1) conjunto de actividades – satisfacción necesidades,
2) lo común – no registrado,
3) realidad autoevidente – base mundo intersubjetivo,
4) vida cotidiana – desarrollo personalidad,
5) vivencia real – valores, creencias, aspiraciones,
6) vivencias diarias – significados, intereses, estrategias.


6 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Si como Julio Cortázar pretendemos rebelarnos contra aquella parte de la mecánica de lo cotidiano que nos adocena, hemos de reconocer estas relaciones para poder incidir en ellas. Pero si somos buenos alumnos, nada de solemnidades, mientras pensamos en los binomios anteriores  (en las necesidades reales que tenemos, en qué es aquello que pasamos por alto y no percibimos, en qué es lo que nos interesa en la relación con otras personas, en cómo somos, en cuáles son nuestros valores y creencias, nuestras aspiraciones y qué significado le otorgamos a todo esto)  démosle rienda suelta a la imaginación y cantemos a nuestro gusto; subamos una escalera a pie cojo; soltemos un grito cada cinco árboles a nuestro paso mientras vamos a la oficina; acariciemos nuestros relojes, a los que ya no damos cuerda, pero que siguen siendo parte de nuestro frágil cuerpo. Y, fotografiemos todo ello con el mismo espíritu libre y sin complejos. Aunque, si Julito escribía con un estilo impecable para contarnos la más normalmente diferente de las situaciones, qué menos deberíamos procurar nosotros con nuestras fotos.


7 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Si fuéramos conscientes de nuestro acontecer daríamos otro sentido a las fotografías que hacemos. Normalmente, la fotografía popular recoge el hecho, no las normas de convivencia social, ni tampoco da significado a lo que se vive. Posteriormente, como imagen, puede ser interpretada, pero en su esencia, la fotografía cotidiana, no fue hecha con la intención de interpretar el acontecimiento, sino de dar constancia de él. Hacemos fotografías cotidianamente para recordar, para constatar cómo fueron las cosas. Este tipo de fotografía tiene una pretensión de objetividad, de ser documento, la valoración de fotografía de lo cotidiano se lo da el espectador al asumir la imagen que observa como perteneciente a su experiencia. No podemos identificar la cotidianidad de otra persona en la imagen, en todo caso podemos proyectarnos en ella, rememorar nuestra cotidianidad, reconocer algo común. La cotidianidad que sentimos ante una imagen no deja de ser algo personal que no tiene por qué estar en la fotografía.


8 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


Aceptamos, sin plantearnos más cuestiones, que lo cotidiano puede ser identificado como “el orden de las situaciones y acciones repetidas. Como las rutinas que un actor reitera o representa de oficio, un camino ya moldeado en su dirección y sus opciones”. Si creemos que nuestra vida cotidiana es así, rutinaria y la vivimos pasivamente, que desdichados podríamos llegar a ser. Pero lo cotidiano, por más que repitamos una actividad, no tiene porqué ser vivido como penoso u opresivo. La rutina no tiene porqué ser un impedimento para poder vivir lo cotidiano como algo extraordinario.
Lo que, para la mayoría de nosotros, caracteriza el evento cotidiano es que lo vivimos como obvio, es decir, que lo damos por vivido, como visto o sabido, que al vivir ese hecho particular lo sentimos como algo general, donde nuestra subjetividad se mezcla con las representaciones sociales. La convención se apodera de nosotros y no sabemos ver nuestra individualidad. Obvio es por definición lo que se pone delante de los ojos, lo que no tiene dificultad, lo que no llama la atención activa.

9 Paco Vivo -  Equipo de señales para el ruido cotidiano, 2012


A mí me cansa, e imagino que también a mucha gente, saber que después de tal cosa viene otra ya conocida, como si se cumpliera una ley inmarcesible. Me gustaría, por el contrario, encontrar en cada rincón, por habitual que fuese, lo que se aleja de lo habitual de esa situación. Lo que ocurre cotidianamente, la más de las veces, no podemos evitar que sea lo ordinario, por nuestro trabajo, porque tenemos que comer todos los días, etc. Esto no podemos cambiarlo, pero si podemos interpretarlo de otra manera, si podemos encontrar nuevos significados a nuestras tareas, activar nuestra atención para dar un sentido diferente a nuestras acciones.

10 Paco Vivo - Equipo de señales para el ruido cotidiano - Día de pinos y rosas,  2012


Decirlo es fácil. No es tan fácil hacerlo. Vivir en sociedad conlleva el deber de respetar tanto leyes generales como normas convencionales, aceptadas culturalmente, que codifican vivencias y predisponen a los individuos a desarrollar, de una forma particular, sus relaciones dentro de su grupo. 
Escapar o tener una mirada crítica de esto implica una lucha diaria y una conciencia clara para reconocer las trampas codificadas en los diversos ámbitos de la experiencia, desde el trabajo al ocio, desde las relaciones sociales a nuestra organización doméstica, desde la visión de lo exterior hasta nuestros sentimientos más íntimos, nuestras ideas o nuestro cuerpo.


11 Paco Vivo - Equipo de señales para el ruido cotidiano - Día de rosas inalcanzables, 2012


Personalmente, en ello estoy.