jueves, 25 de febrero de 2016

Carta a Miguel Fructuoso



Miguel Fructuoso, Garruchal rojo, 2014 - Acrílico sobre lienzo 200 x 200 cm.


Muchas veces las cosas surgen sin premeditación, sin un motivo aparente y con el paso del tiempo se definen. Publicar en mi blog reseñas sobre exposiciones de arte es pura casualidad. Tuvo su origen en una carta que le escribí a Miguel Fructuoso.


Miguel Fructuoso 


 Me gustaba su trabajo y pensé que sería bueno entablar un diálogo y, ya que no coincidíamos por la calle, me pareció buen recurso mantener una correspondencia -como se hacía antiguamente-. Con su exposición en el Centro Párraga escribí otra reseña y decidí publicarla ya que no sabía si había recibido la primera.



Miguel Fructuoso - Antes de la tormenta, 2015 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


El otro día, por fin, me encontré con Miguel y, efectivamente, me dijo que no había recibido la primera carta. Así que, como aquella carta no la publiqué en su momento, lo hago ahora para iniciar el diálogo.



Miguel Fructuoso - Susana y los viejos, 2015 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.



Es importante el intercambio de opiniones e ideas para crecer y no caer en un discurso onanista. Con la confrontación, con el estar frente al otro, aparece una visión más amplia y, aunque suene paradójico, precisa. Un solo punto de vista te deja en el limbo. Quienes conocen el dibujo técnico saben que para definir algo, un punto por ejemplo, necesitas al menos dos referencias, sino ese elemento queda flotando en el espacio sin definición. Esa es la cuestión, contrastar tu modo de entender para abrir perspectivas.    

Vamos a intentarlo.



Miguel Fructuoso - El paseo alemán de Belzunce, 2015 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.



Aquí está la primera carta que le escribí a Miguel Fructuoso.


Hola Miguel.

Después de ver tu exposición en el Almudí me he arrancado a escribir, no solo para decirte cosas, sino también para decírmelas a mí. Te las envío porque tu exposición ha sido el detonante y porque es bueno que se entable un diálogo. Como sabes, me siento compañero de viaje, del viaje de la pintura. Ahí estamos empantanados, yendo y viniendo a no sabemos dónde, al menos yo no lo sé.


Miguel Fructuoso - El huerto. El día que dibujé con Alfonso Albacete, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Atreverse a decir que se hace pintura-pintura es correr un riesgo que hay que asumir. En varios momentos del siglo XX se ha apelado a ese concepto y siempre que históricamente se vuelve a un lugar tiene que haber un motivo especial.



Miguel Fructuoso - Gran amarillo. Paisaje, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Hacer pintura-pintura implica reconocer que te centras en un lenguaje muy concreto, indica el deseo de ser riguroso y honesto, la intención de desechar el artificio, de volver a un origen, no solo formal, sino a un momento inicial sensitivo que cada uno situamos según nuestras afinidades emocionales.



Miguel Fructuoso - El primero. Días de guardar, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.



En el camino hay que sortear escondidos, aunque conocidos peligros. Uno de ellos: el esteticismo, que muchas veces viene disfrazado de falso atrevimiento, de pinceladas despreocupadas que son estilo, de feísmo convertido en pose, de un arrojarse al vacío sin más problemática que la escondida intención de agradar a un determinado sector social. Todos cometemos esos errores. Testarudos son nuestros vicios, débil nuestra voluntad y corta nuestra inteligencia (parafraseando al poeta). Incluso la vanguardia disfrazó ese anhelo de agradar con un propósito antiburgués. Nosotros,... yo hago pintura burguesa. ¿Qué es hoy arte burgués o antiburgués? Tal vez no se trata de ser antiburgués, sino de intentar agitar conciencias. La pintura de Matisse se ha calificado de burguesa, pero quien sabe mirar encuentra en ella la misma tribulación que en la del impetuoso Picasso.




Miguel Fructuoso - Vuelta de paseo, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.



Es lógico que quien desea hacer pintura-pintura vuelva sus ojos hacia el cubismo. Por algo será que es considerado por muchos como un cambio básico en la cultura occidental, como una importante renovación de lo humano tanto como una revolucionaria forma artística. Además, si, como he dicho, se busca un origen, el cubismo nos lleva hasta lo más ancestral porque él mismo buscó en lo primitivo.



Miguel Fructuoso - Maldito viento, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Por esos motivos hemos convertido al cubismo en un faro, en un ideal estético, en un prototipo de armonía, concepciones contra las que él luchaba, ya que se oponía a la idealización de la belleza, a la cadencia académica, incidiendo en la desintegración de la forma.



Miguel Fructuoso - Garruchal negro, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Por una parte, intuyo en la asunción, en el compromiso con la propuesta cubista un empeño de resolución de problemáticas formales, la preocupación por el dominio del oficio y por otra, un malestar por la disipación del arte actual, una lucha con el modo de representación y con la forma de percibir la realidad.


Miguel Fructuoso - Paseo alemán. One more time, 2015 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


También, es posible que queramos olvidar, con la pintura-pintura de reminiscencia cubista, el conceptualismo, la representación idealizada, que ahora es el mismo cubismo, y convertirlo en un recurso irracional, más aún cuando se mezcla con modos expresionistas, porque a menudo trabajamos sin analizar nada, componemos como un juego de encaje de piezas que no se remite a ninguna realidad. En todo caso, a una realidad subjetiva, de poética interior.


Miguel Fructuoso - Gran naranja. Paisaje, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Desde el mismo inicio, en la búsqueda de ese origen, nos acogemos a la ilusoria racionalidad de la geometría cubista o constructivista y la visceralidad explosiva expresionista, hecha estilo, (acompañadas, aunque muchas veces no lo queramos advertir, por el inconsciente y la ensoñación surrealista –en mi caso sí) para escapar de la desintegración,  de la  negación de la representación, pero no conformes con el método volvemos a superponer más geometrías, más manchas expresionistas y más velados deseos, obteniendo la negación de la primera propuesta. Negación fruto de nuestra ansiedad que nos devuelve al inicio, a la imposibilidad de representación.


Miguel Fructuoso - Otro folitraque de Haro, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 200 x 200 cm.


Queremos volver al origen porque reconocemos nuestro fracaso representativo y con ello volvemos a insistir en la inestabilidad de la estructura pictórica y del mundo. Lo que no sé cómo considerar es la posibilidad de que esta inestabilidad, esta precariedad, nos lleve a asumir la situación y la institucionalicemos, que la sintamos como algo consustancial a nosotros mismos. ¿“Zeitgeist”, el espíritu de los tiempos? No pasa nada, pero donde no deberíamos llegar es a convertir tal circunstancia en un trauma, en una enfermedad. Abogo por la diversión en el arte, para convertir la ansiedad que produce estar atónito frente al mundo en sensación y pensamiento visual.

                                                                                                                  Paco Vivo



Miguel Fructuoso - Garruchal. La silla, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 114 x 145 cm.




Miguel Fructuoso - Proyecto, 2015 - Acrílico sobre lienzo, 80 x 60 cm.



Miguel Fructuoso - Otoño, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 100 x 81 cm.



Miguel Fructuoso - Mallorca, 2014 - Acrílico sobre lienzo, 150 x 120 cm.




sábado, 20 de febrero de 2016

Belzunce - “Cabaret souvage” - Palacio Almudí





Manolo Belzunce (Lorca, 1944) expone “Cabaret souvage” desde el 22 de enero hasta el 13 de marzo en el Palacio Almudí de Murcia.


            

Belzunce
- Exposición en el Palacio Almudí (Murcia) Enero 2016

  

En esta exposición nos muestra collages y ensamblajes realizados a lo largo de casi dos décadas (1997–2013), técnica utilizada de una forma rotunda, para tratar unos temas con referencia a la historia del arte: desnudo, bodegón y paisaje. Obras que, como dice Ángel Haro, “no han sido creadas como una unidad sino que pertenecen a diversas etapas de su trayectoria y quedaron relegadas en el fondo del estudio, reencontrándose ahora para reivindicarse como una serie trasversal que ha cabalgado el tiempo, arrastrando sedimentos de todas las demás”.



                     

Belzunce


El autor, en una entrevista, también nos informa de que “son obras hechas desde el silencio; son cuadros a los que dediqué todo el tiempo necesario, sin las prisas que marca una galería ni con la intención de venderlas, están creadas desde la tranquilidad”.


                         

Belzunce
- Bodegón, 1999 - Collage, Técnica Mixta - 123 x 123 cm.


La idea principal que emana de Cabaret sauvage es que el pintor, a partir de temáticas relacionadas con prototipos clásicos de la historia del arte, tiene la confianza de poder encontrar una forma de expresión positiva. Es decir, mientras otros artistas hacen un discurso que denota la imposibilidad de comunicación, Belzunce, aunque rompa el objeto -como hicieron los cubistas- intenta una nueva apertura, no niega ni destruye el lenguaje, no pretende hacernos dudar, al contrario, persigue un viraje confiado en poder establecer una relación con el espectador, haciéndolo cómplice –en primera instancia- a través de los temas clásicos que están en el subconsciente colectivo.


 

Belzunce
 - Mujer con guitarra, 2008 - Collage, Técnica Mixta - 60 x 47 cm.
                      


El hilo conductor que aglutina, da unidad a la variedad de obras y profundiza en el estudio del modo de representación, es la utilización de objetos de desecho, como maderas, alambres, telas, hilos, periódicos, cartones, mallas y planchas metálicas, etc. que en su ensamblaje dan forma a desnudos, barcos, frutas, plantas, vasijas o espacios, y que fundiéndose con la materia pintura (óleo, acrílico) consiguen entidad pictórica. 


                        
Belzunce - Mujer, 2003 - Collage, Técnica Mixta - 41 x 27 cm.


Junto a su fortaleza, las obras llevan prendido en su médula un halo de añoranza por una forma de representación afirmativa, ahora cuestionada, nostalgia por procesos que ofrecían un camino y que ahora parecen no llevar a ninguna parte. Evocación de un vacío como lucha, como modo de enfrentar el conflicto expresivo: la madera que no es carne, el alambre que no es fruto, la plancha metálica que no es tallo ni flor, tienen que vaciarse de contenido para de nuevo buscar sentido y volver a significar.




Belzunce
 - Adán y Eva, 2002 - Técnica Mixta sobre tabla - 160 x 160 cm.

En estas obras los materiales del collage están dispuestos de tal manera que al conformar, por ejemplo, una figura, ceden parte de su idiosincrasia a lo que representan. Y, si es necesario son recortados, modelados o pintados para denotar con más precisión el modelo de referencia. De esta forma el material encontrado cambia su significado intrínseco transmutándose en superficie pictórica con significado añadido.

                       

Belzunce
 - El vino, 2006 - Collage, Técnica Mixta - 41 x 44 cm.


Como ocurría en el cubismo, el objeto del collage no habla tan solo de sí mismo, es aprovechado por sus cualidades visuales y como materia prima se convierte en herramienta, en medio, en superficie extendida de la pintura: un alambre o un hilo se trasforma en línea, un botón o un remache en punto, unos recortes de hojalata o fieltro en planos, una revista de patrones de vestidos o el papel de periódico trenzado en textura y con un parasol de coche semitransparente o una malla metálica consigue una veladura.



  



Belzunce
 - El marchand , 2002- Collage sobre tabla - 170 x 66 cm.


El material es tratado con maestría, la ejecución técnica es perfecta, limpia; los remaches, las grapas, la cola utilizada para pegar o bien los tornillos, o cualquier otra fórmula que utilice para la ejecución de las obras se integra a la perfección. Los papeles, las telas quedan tersas, los alambres ajustados a la superficie, no se ven manchas debidas a un mal uso de la técnica, etc.; como se diría en el gremio, el artista tiene una cocina consumada y envidiable.



Belzunce
 - Mujer, 207 - Collage sobre tabla - 100 x 100 cm.

                          

La desnudez del material evita el ilusionismo dejando ver claramente las herramientas del lenguaje: la línea del alambre, la textura pura de la madera, etc., con la intención de ponerlas a prueba, de examinar su potencia expresiva. Con el mismo propósito, para no despistar, elude crear atmósferas naturalistas, degradados que insinúen volumen y emplea colores lisos que no dejan ver el temblor de la pincelada, creando superficies planas que se enfrentan, yuxtaponen y enlazan, para así alumbrar otro ambiente que aúne la sensualidad de la materia con lo intelectual de la composición del ensamblaje.

                                



Belzunce
 - Mujer africana, 2003 - Técnica Mixta - 80 x 120 cm.

La mencionada desnudez de la materia se concreta en la desnudez del cuerpo de la modelo, de los miles de modelos que la tradición ha empleado para hablar de la desnudez del alma y que Belzunce recoge a través de Manet o Matisse. Desnudos que el artista emplea para reflexionar sobre los modos de representación, que trabaja como otro recurso del lenguaje, ya que por su tratamiento, tanto técnico y estructural como representativo, y con la repetición de la pose los convierte en iconos.


                           


Belzunce
 - Mujer


No hay más que observar el desnudo matissiano sentado en el sillón que mira otro desnudo, tal vez una escultura africana, rodeado por formas que pudieran ser la descomposición de otro desnudo, aunque el color de este cuerpo dislocado nos remita al sillón contiguo. 

              
Belzunce - El Aleph, 2001 - Acrílico sobre tabla - 160 x 160 cm.
   


En este proceso los temas quedan personalizados, son convertidos en iconos belzunceanos que interrogan a los modelos universales sobre su significado histórico, si continúan siendo útiles y de qué manera.

             
Belzunce - Tentaciones de San Antonio, 2000 - Óleo sobre tela, 65 x 65 cm.

                        




Belzunce
 - Mujeres vasijas, 2001 - Acrílico sobre tabla - 180 x 160 cm.



En el mismo sentido nos hablan los desnudos africanos sobre fondo amarillo que se enfrentan al modelo europeo; son otra manera de ver y comprender, otro modo de representación. Aparte de que sean expresión de sensaciones de sus viajes por África e incluso puedan hacer referencia al primitivismo en el sentido de Gauguin o al de la otredad cultural.


           



Belzunce
 - Bodegón de la guitarra - Collage Técnica Mixta sobre tabla - 65 x 65 cm.


Una vez emancipados los cuerpos, los barcos, las flores o los frutos de un significado preestablecido y al no pretender un mensaje transcendente, consiguen equipararse a la pureza física de la madera y los demás materiales constructivos, y adquieren, en su nueva virginidad, la capacidad de poder combinarse libremente con los demás elementos lingüísticos.

           


Belzunce
 - El viaje, 2001- Collage Mixta sobre tabla - 55 x 33 cm.
   

A su vez, los materiales -que también son exonerados de su referencia objetual a sí mismos, ya que son utilizados por sus cualidades visuales- en su enlace indisoluble con las formas icónicas, ponen su referente matérico entre paréntesis, pudiendo de esta forma optar, a su vez, a multiplicidad de significados, ya que se han redefinido como un significante diferente a lo que eran cuando estaban en el trastero.  Igualados los términos de la ecuación artística: material, técnica y simbólicamente, los nuevos elementos libres de rémoras no tienen impedimento para crear nuevos discursos.


           




Belzunce
 - Bodegón, 2003 - Collage Técnica Mixta - 54 x 80  cm.


No hay que olvidar una pieza indispensable para la exposición: el “armario”. Un armario blanco que atesora los sueños.


           
Belzunce - Armario. 1997 - 158 x 114 x 50 cm
                     

Mueble sobre el que se han pintado signos enigmáticos para los profanos, símbolos de un misterioso arcano para que solo los más aventajados, al descifrar el acertijo, abran las puertas y lleguen a conocer lo ignoto. Pero el sacerdote del templo, con toda intención, por una vez, ha dejado entreabierta la puerta para que los legos podamos disfrutar del lugar donde, hasta que son requeridos para iluminar una nueva historia, duermen los héroes; compartir por unos instantes el espacio privado donde viven las formas antes de salir a escena. 


Belzunce - Armario. 1997 - 158 x 114 x 50 cm


                      
El armario, iluminado por una lámpara de filamento que crea un ambiente cálido, íntimo y ancestral, es una pieza clave, pues guarda el secreto del material primigenio, atesora las figuras que, allí más que en los cuadros, desnudas de significado son absolutamente icónicas -pues retienen el parecido a sus referentes pero no son el objeto que citan- y así, soberanas, salen para decidir su futuro. Lo que en el armario se encuentra son las ropas con las que se visten el espíritu y los sentimientos del artista. En el interior del armario como en el estudio del artista, es el lugar donde ocurre la magia.



Belzunce - Armario. 1997 - 158 x 114 x 50 cm