viernes, 31 de mayo de 2013

El azar, la broma, el juego y la fotografía de lo cotidiano


Camino Nevado  - Foto encontrada al azar por Internet


Amigos, la casualidad entre las casualidades, la sorpresa de las sorpresas.

Como sabéis en mi blog elijo fotos de Internet al azar para ilustrar mis entradas. Pues, hace unas semanas recibí un correo de un desconocido que me decía sentirse halagado  a la vez que intrigado y alarmado porque algunas de las fotografías que cuelga en diversos sitios de la red con diferentes seudónimos, aparecen reunidas en mi blog. En concreto, en el mes de marzo en la entrada titulada Al encuentro de lo cotidiano buceando en internet. Y que también publico aquí al final del texto.

Como las bromas por Internet suelen ser algo común, no hice caso a esta notificación. Sin embargo, me quedé mosqueado. No sabía por dónde podía tirar la inocentada o si había alguna intención más.  

Después de unos días, recibí un segundo correo del desconocido -aparte de la inevitable dirección email no me daba más datos- donde me decía que comprendía que no le contestara, porque suponía que su correo me habría parecido tan extraño como a él ver reunidas en mi blog sus fotos. Proseguía, exponiendo que no pretendía que hiciera ninguna corrección de los datos de las fotos, ya que publicaba con seudónimos y no le interesaba el reconocimiento o los derechos de autor. Lo que le movía a escribirme era saber de qué manera habían sido elegidas sus fotos de entre los millones que circulan por Internet e insistía en el deseo de conocer qué procedimiento había aplicado para distinguirlas. Y, para certificar que las fotos eran suyas adjuntaba dos de las mismas en formato raw, es decir, su negativo digital.

Ahora sí que estaba verdaderamente sorprendido. Aún así, pensé que las casualidades se dan y que podría ocurrir que escogiera dos fotos de internet del mismo individuo. Por otra parte, no es una casualidad tan descabellada. La intuición te lleva a asociar elementos dispares por detalles subliminares insignificantes. Después, por mor de las coincidencias alguien reconoce las fotos y me lo hace saber escribiéndome un correo.

Intenté identificar a esa persona y para ello pregunté a los amigos si se podía encontrar a alguien por su dirección de correo. Entre mis círculos no sabían cómo hacer tal cosa y les parecía complicado, aunque parece ser, según me dijeron, existen buscadores de identidad. ¡Bueno!, tampoco el asunto merecía tanto la pena. En todo caso, más que saber quién era, lo interesante era la propia historia en sí y ver qué rumbo tomaba.

Respondí, a esa secreta dirección diciendo que, desde luego también a mi me parecía extraño lo que estaba ocurriendo, que podían darse las casualidades, que podría haber elegido dos de sus fotos, pero que me parecía imposible haber acertado con siete. Si hubieran sido de la misma temática o de una técnica con características parecidas, podría ser que por afinidad hubiera elegido tres o cuatro. Pero fotos con esa disparidad de criterios, lo veía tan complicado como acertar en la lotería primitiva los siete números. Las fotos podrían ser de siete autores diferentes. Y, si este asunto pudiese tener algún viso de realidad alguno de nosotros podría tener un conflicto psicológico. Un desorden que nos haría gozar de la diversidad visual de una multitud de personas de mirada cotidiana, es decir, que para lograr esta pluralidad de fotos adoptaríamos la personalidad de individuos de diferentes edades, profesiones, estados de ánimos o momentos varios de relación con las demás personas, etc.

Le exponía que nunca había reparado en que pudiera tener esa visión tan múltiple, que mis amigos tampoco me lo habían insinuado y que en consecuencia no había utilizado ningún método psicológico, iconográfico o de cualquier otro tipo para elegir las fotos, que todo era fruto de la casualidad, que el azar era así de caprichoso. Finalmente le pedía que dijera la verdad, que se trataba de una broma que hasta ahora había sido divertida, pero que por inverosímil ya estaba llegando a su límite.

Pasados unos días recibí respuesta. Con toda educación y cordialidad me decía que no intentaba mofarse de nadie, todo lo contrario, esta persona insistía en mostrarse tan sorprendida como yo. Que le parecía literario lo del conflicto psicológico. Y volvía a repetir que lo que le había movido a escribirme era conocer cuáles habían sido las circunstancias para que sus fotos, sorpresivamente, hubieran sido reunidas en un mismo espacio. Me enviaba los cinco formatos raw restantes como prueba, pidiéndome por favor que no hiciera mal uso de ellos. Qué si pudiera haber respuesta, le gustaría llegar a saberla.

Con siete formatos raw confirmando la autoría, ahora sí que estaba completamente confundido, asombrado y podría poner todos los sinónimos de sorpresa hasta llegar  al pasmo y la fascinación.

No soy un técnico informático y no sé si podrán obtener de una foto cualquiera tomada de Internet los datos suficientes para generar un archivo raw. Mi anónimo bromista, si las fotos no fueran suyas, para conseguir su propósito, tendría que haber procesado las fotos que copié de internet por medio de no sé qué programa y aumentar la información, de tal modo que en el proceso de edición se pudieran controlar luz, temperatura de color, nitidez, contraste, exposición, etc., sin que el archivo original se modificara. Así, si alguien quisiera comprobar su autenticidad, por ejemplo ampliándolas de tamaño o forzando su profundidad de color, pudieran ofrecer gran calidad en cualquiera de sus versiones.

He estado manipulando los archivos que me envió y hasta dónde puedo analizar, parecen originales. Con lo que tengo en mis manos no puedo dudar de la veracidad de los documentos, ni de lo que me dice esta persona.

Que tenga esas pruebas, convierte la posible broma en una cuestión más complicada y personal. El asunto aparte de inaudito es algo que me sobrepasa y desconcierta. Lo que me resulta inconcebible es que yo mismo haya podido elegir en el infinito maremágnum de Internet siete fotografías del mismo autor.

Si se trata de una broma, es sofisticada y debe tener un propósito oculto. Si es reírse de mí, eso es fácil de conseguir y no tiene mayor importancia. Si quiere algo más me cuesta trabajo imaginarlo. Dejarme en ridículo ante no se quienes es una tontería, mi estatus no ofrece un gran escenario para el escándalo o la publicidad, mi círculo de amigos y conocidos no es muy amplio. Y si es para denigrarme ante alguien en concreto, no me imagino ante quién. Por otra parte, no creo tener enemigos o personas que quieran humillarme de esa manera.

Haciendo cábalas variopintas, imagino que este tinglado podría ser como una prueba, como un obstáculo de una competición que hay que superar para demostrar algo. Pero, no sé qué objetivo tiene, ni qué será ese algo a dilucidar o demostrar. Dándole otra vuelta de tuerca, si es una prueba para mí, también puede ser una prueba para esa otra persona: un juego, como los de rol, para ver como reaccionamos ante una situación paradójica e inverosímil. Si mi interlocutor anónimo ha propuesto el experimento juega con ventaja. Más aún si me conoce.  A no ser que, para que fuera realmente emocionante para él, decidiese elegir al contrincante al azar, para estar en igualdad de condiciones. Pero tampoco estaríamos al mismo nivel porque él pone o conoce las reglas.

Ha pasado algún tiempo y no he tenido noticias del misterioso personaje. Tal vez es verdad lo que dice y no le apetece insistir o se ha cansado o espera que yo dé el siguiente paso. Si es esto último, lo va a conseguir, porque esta entrada es la consecuencia de su estratagema y de mi curiosidad. Si es un juego, con este escrito que hace pública la situación, estoy entrando en él. Por una parte tengo reparos por meterme en una historia en la que no sé por dónde me pueden salir y por otra me parece un reto atractivo.  Una vez publicado este escrito no tengo más remedio que continuar y ver qué pasa.

Espero no tener sorpresas negativas y que por el contrario resulte una experiencia interesante. Confío en que me proponga algo sobre fotografía y más concretamente de fotografía popular, de fotografía de lo cotidiano que es de lo que tratan las fotografías de marras.



Mancha - Foto encontrada al azar por Internet



Mi perro - Foto encontrada al azar por Internet



Foto encontrada al azar por Internet



Ropa - Foto encontrada al azar por Internet



Sofie - Foto encontrada al azar por internet

Ventana  - Foto encontrada al azar por internet


Un saludo, mi desconocido bromista o competidor.


















viernes, 17 de mayo de 2013

NEW YORK, NEW YORK


 
1   Paco Vivo, Nueva York. 2011
Casualmente, esta mañana, en diferentes momentos, dos amigos que entre si no se conocen, acaban de volver de Nueva York. Ambos me han relatado sus aventuras en la metrópoli y por supuesto hemos hablado de fotografía. Tal coincidencia me ha incitado a rememorar  mi viaje a dicha ciudad, retrotrayéndome dos años atrás.


2  Paco Vivo, Nueva York. 2011


En los viajes nos convertimos en fotógrafos de calle sin pretenderlo o tal vez, como matizan los expertos, habría que hacer una precisión y reconocer que la mayoría hacemos fotografías en la calle. Porque, fotografía de calle tiene otro matiz, sería algo así como retratar la vida de la calle en su más pura y directa expresión, captar la energía y la idiosincrasia de la vida callejera cotidiana, recoger el bullicio de los espacios públicos y de su gente, tanto momentos heroicos o sublimes como anecdóticos. Si entendemos fotografía de calle bajo esta definición muchos de nosotros no hacemos fotografía de calle porque no hemos tenido exactamente esa intención.  

En el blog de fotografía dZoom http://www.dzoom.org.es/noticia-19687.html dicen que: en la Street Photography se deben unir elementos tan dispares como la arquitectura, la gente que vive ahí, las costumbres locales, la cultura... en definitiva: la personalidad de la ciudad que vamos a retratar.

Si te apetece investigar esta cuestión puedes mirar en Internet buscando por «fotografía de calle», Street Photography o Photographie de rue y encontrarás toda clase de información.

 

 3  Paco Vivo, Nueva York. 2011




A pesar de lo que se diga, ¿quién no desea tener buenas fotos de los lugares que visita? Podemos aspirar nada más a hacer imágenes de recuerdo, quedándonos en simples turistas. Pero, de igual forma, podemos pretender hacer arte, un estudio sociológico o de cualquier tipo, aunque no hagamos fotografía de calle.


4   Paco Vivo, Nueva York. 2011


Que la foto tome un matiz u otro depende de la actitud, la intención y aspiraciones de cada uno. Hacer fotografía en la calle también es una actividad compleja y más aún cuando no quieres ser estrictamente documental. 

5   Paco Vivo, Nueva York. 2011


En mi breve estancia en Nueva York hice bastantes fotos. Mis compañeros de viaje lo sufrieron, por lo que siempre les pediré disculpas. 


Selección de carteles de películas rodadas con Nueva York de fondo.


Cuando quieres fotografiar en una ciudad tantas veces reproducida, imagen diaria de televisión, escenario de cientos de películas (se pueden encontrar por internet innumerables referencias),  se hace complicado no caer en lugares comunes.





A pesar de ello, aún fotografiando lo archifotografiado buscas matices diferentes, incluso sueñas con encontrar nuevos motivos en los que nadie haya reparado. O, también  intentas emular a los grandes maestros.

Algunas fotos de las miles que hay de Nueva York en la red.


Con las mejores intenciones merodeando por tu cabeza, a las pocas horas, te das cuenta de que a cada paso hay huellas de imágenes conocidas. Y, no queda más que aceptar, que en un viaje de una semana, no importa tanto el motivo fotografiado como la intención, que lo relevante está en la técnica y en la mirada personal, en el esfuerzo para que las fotos tengan carácter.


9   Paco Vivo, Nueva York. 2011


Al mirar atentamente, escrutando situaciones, lugares, espacios, deseando encontrar estructuras significativas, descubres a su vez miradas históricas como, en un día de lluvia, la de Edward Steichen mezclando ensueño y realidad.


Edward Steichen, Flatiron  building. 1905


Desde el piso cien del Empire State reconoces la del intrépido Charles C. Ebbets que te invita a ser audaz.


Charles C. Ebbets, el fotógrafo que inmortalizó el Nueva York de los años 30.


Observando la arquitectura desde la ventana del hotel, intuyes el ojo de Paul Strand, con sus ritmos de líneas y equilibrios de luces y sombras. 


Paul Strand, Nueva York.


Paseando, acechando tu alrededor, el cómo se mueve la gente, adivinas el rápido encuadre social de Robert Frank.


Robert Frank, NY.


Y, en cada rincón, detectas otras miradas como las de Stieglitz, André Kertész, Diane Arbus, Walker Evans, Richard Avedon, Berenice Abbott, , Garry Winogrand, Helen Levitt, William Klein, Bruce Gilden. Elliot Erwitt, Lee Friedlander, etc. e incluso miradas anónimas que llevamos en el subconsciente y que incorporas o rechazas según la sensación que te transmite el instante.


Anónimo, Calle de Nueva York


Si no estamos satisfechos con la idea que nos hemos formado de Nueva York podemos saturar aún más nuestra mirada con las 870.000 fotografías que su Departamento de Registros Municipal ha puesto en una base de datos en internet (nyc.gov.), fotografías que llegan a colmar nuestro imaginario.
   

15  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Antes de la salida ya estaba impaciente por dar constancia de una experiencia que deseaba fuera diferente. Cuando al atardecer comenzó a definirse la costa americana, desde el avión empecé a hacer fotos al horizonte y luego desde el taxi,  mientras me acercaba a la famosa “skyline”.


16  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Esa misma noche más fotos, ahora desde el Empire State, a las luces nocturnas de la ciudad y, a la mañana siguiente, desde la ventana del hotel, a ese bosque de edificios tan familiar.


17  Paco Vivo, Nueva York. 2011


A parte de la simple foto turística, llevaba en mente una intención temática: buscar la interacción entre espacio natural y arquitectura, no como estudio de biodiversidad urbana o relación del ciudadano con la naturaleza –no tenía ni tiempo ni medios para ello– sino más bien desde el punto de vista simbólico y estético.


18  Paco Vivo, Nueva York. 2011


 ¿Qué elementos simbólicos podía encontrar que me ofrecieran esa relación?


19  Paco Vivo, Nueva York. 2011


El fuerza de la arquitectura en Nueva York es un poderoso símbolo de por sí. En sus calles los árboles casi desaparecen a nuestra vista, son insignificantes y en muchos casos no llegan ni a ser elementos ornamentales.


20  Paco Vivo, Nueva York. 2011


En buen número de calles, parecen estar allí por mera ordenanza municipal, dan un poco de sombra, apaciguan la conciencia y ansiedad de los viandantes, convirtiéndose en ocasiones en relajo de la mirada, pero en Manhattan la arquitectura los devora.  
Sólo en el espacio natural de Central Park me sobrevinieron otras sensaciones. No es de extrañar que siempre esté abarrotado.


21  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Sumergidos tras la espesura, los perfiles arquitectónicos entre las copas de los árboles brindan una estructura diferente, pero extremadamente reconocible. Los recuerdos de esta imagen a través de películas o fotografías se convierten en un patrón difícil de eludir y no siempre dejan comprender mensajes diferentes a lo establecido. Los resultados del esfuerzo por librarme de esos esquemas no fueron inmediatos e incluso dudo que lo consiguiera.


22  Paco Vivo, Nueva York. 2011


No quería obsesionarme con el tema naturaleza/arquitectura y el recorrido callejero me ofreció otras temáticas que aproveche sin preguntarme demasiado qué estaba haciendo. Tiré fotos para luego pensar qué había allí. Aunque, la intuición siempre está presente en el momento de disparar.
Así, hice fotos de la imponente perspectiva de los edificios desde su pie, pero no fue lo que más me atrajo, me llamaron más la atención los reflejos de unos edificios en otros, creando líneas contrapuestas, imágenes equívocas y distorsiones.


23  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Intenté hacer fotos de edificios con una frontalidad perfecta, recordando fotografías donde las líneas de los rascacielos son totalmente ortogonales. Pero no conseguí un buen resultado. Fotografiar la ciudad con objetivos convencionales o con cámaras turísticas impone la perspectiva cónica, las líneas oblicuas, las diagonales.


24  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Es necesario un buen equipo, trípode, objetivo de fuelle, considerable pericia y tiempo, para conseguir que todas las líneas sean horizontales y perpendiculares a la base.


25  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Para imprimir determinados conceptos, la ortogonal es una línea concluyente, a la vez que fácil de componer. Por el contrario trabajar con líneas oblicuas tiene su dificultad. En fotografía documental o encuentras una perspectiva donde las líneas encajan o  crear una composición armónica con líneas oblicuas se vuelve complejo.


26  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Y quién no iba a percatarse de las omnipresentes banderas. En nuestro país, por las calles ondean banderas pero no con tanta profusión como en Nueva York. Cada edificio, comercio, casa particular, exhibía su orgullo patrio. A cada paso una bandera.


27  Paco Vivo, Nueva York. 2011


La zona cero de las torres gemelas se ha convertido en inevitable destino turístico. Salvo por el simbolismo político que han impuesto por lo allí ocurrido, sigue siendo el Nueva York de los contrastes, la elegancia junto al descuido. Tampoco pude investigar mucho o meterme en zonas especiales para hacer alguna foto significativa de la zona.


28  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Simplemente anduve por los alrededores y visité The 9/11 Memorial, local que tenía más de tienda de souvenirs que de espacio de atento recuerdo. Lo mejor, el reflejo de las grúas de la nueva construcción en el escaparate del establecimiento, donde obtuve imágenes emotivas a la vez que simbólicas.

La calle cerrada por los altos edificios no me produjo sensación de novedad. Me resultaba conocida. Me inquietó más el ruido encajonado de ambulancias, bomberos, coches de policía o camiones.


29  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Aunque, el verdadero sentido de extrañeza, a pesar de que el detonante fuera una de las imágenes arquetípicas de la ciudad, lo tuve al llegar al estanque de Central Park y ver, como flotando sobre el agua del lago, el perfil de los edificios bañados por una luz desnuda. Supongo que se lanzó el dispositivo de rememoración al estilo de Proust. Tuve la impresión de conciencia infantil. Evoqué el momento de conocer desde la inocencia, de ver algo candorosamente por primera vez. No tan solo se despertó la memoria del pasado, sino que con más intensidad que en otros momentos sentía la necesidad de búsqueda del sentido de ese tiempo presente. Personalmente conservo el recuerdo de la sensación y al ver las fotos viene a mi memoria la situación, aunque las imágenes del lírico paisaje resultaron poco sugerentes y absolutamente turísticas.


30 Paco Vivo, Nueva York. 2011


La foto turística que hacemos los simples turistas, no tiene por qué ser mala fotografía, pero pulsa resortes que no me interesan. Generalmente persigue una satisfacción inmediata del deseo. Busca una imagen directa, evocadora de recuerdos, incluso que provoque sorpresa, pero llega a ser frustrante porque propone escasos significados. Por otra parte, si llegamos a ver en ella una connotación próxima a la foto turística profesional le añadiría una intención persuasiva que  lastraría aún más su interpretación.


31  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Por ejemplo, la foto anterior no es mala foto, pero, a pesar de los fuertes elementos simbólicos que se conjugan como son la bandera, el rascacielos y el declinar del sol, aderezados por el contraluz de los árboles, las nubes del atardecer y el muro de la casa rasgado por sombras en perspectiva, tiene un halo que no le deja ir más allá de la convención. En este punto siempre se habla de gustos y momentos. Habrá a quien le encante, a quien le parezca una birria y quien vea en ella no se qué historias. A mí me trae buenos recuerdos, pero artísticamente me parece no resuelta. Como la siguiente foto, tiene un tono de complacencia que no me deja tranquilo.


Paco Vivo, Nueva York. 2011


El término “artístico” es un concepto subjetivo complejo y emplearlo como acabo de hacer no aclara la situación. Habría que profundizar en ello, pero no es el momento. Ya que hemos entrado en el asunto, ahora vamos al museo.


33  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Al interesarme  el arte, cómo no fotografiar su templo. Allí hice fotos tanto a las obras como a los visitantes, a los grandes espacios como a los detalles. Como en la fotografía de calle, hice fotografías en el museo, no fotografía del museo. No fue un tema que quisiera desarrollar como tal: el museo.  Fue más bien una toma de contacto, una recogida de primeras impresiones .


34  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Confiaba encontrarme con alguna fotografía clásica o con obras de Pollock, De Kooning, Rothko, Gorky, Motherwell, Guston, Diebenkorn, etc. y vi muy poquitas. Tal vez, por eso, estas fotos respiren el aroma de algunos de ellos, seguramente influido por lo que esperaba ver y no vi.


35  Paco Vivo, Nueva York. 2011


De nuevo en la calle, mientras íbamos de un lugar turístico a otro, saturado de grandes edificios, lo más atractivo resultaron ser los locales comerciales y los reflejos de la ciudad en sus escaparates.


36  Paco Vivo, Nueva York. 2011


El tema del espejo es muy socorrido a la vez que intrigante. Dejando a un lado su profundo sentido filosófico, me fijaré, por ahora, en cómo los escaparates multiplican los significados: la propia fotografía es un espejo, el vidrio, que no es un espejo total, refleja lo exterior al mismo tiempo que deja ver el interior y si la toma es frontal aparece el fotógrafo en la acción de fotografiar. Si cada una de estas posibilidades se extiende hasta el infinito en motivos que se pueden reflejar, la temática se vuelve ilimitada.


37  Paco Vivo, Nueva York. 2011


Y, al finalizar la jornada, de vuelta al hotel, normalmente de noche, la decaída cadencia en el caminar, fue otro buen motivo fotográfico que se adapta como metáfora para terminar de contar mi peripecia neoyorkina y un relato que se está haciendo extenso.


38  Paco Vivo, Nueva York. 2011

 
Hacer fotos en Nueva York conllevó un gran esfuerzo y conociendo las innumerables miradas a sus calles, tanto de los grandes maestros como de los buenos aficionados, resulta una tarea comprometida. Pero, mereció la pena.
 

39  Paco Vivo, Nueva York. 2011

 
PD. No creáis que os vais a librar de más imágenes neoyorkinas. Esta entrada es un primer paseo por las fotos que hice. Cuando trabaje un poco más y tenga material suficiente haré otra incursión adentrándome particularmente en cada tema que aquí he ido señalando.