Sobre las
nueve de la mañana el autobús entró en el parking del hotel. Mi familia y yo
teníamos programado un viaje para conocer la comarca. Tras el saludo y
verificaciones del guía ocupamos nuestros asientos. Peregrinamos, durante al
menos una hora, por las elegantes zonas
turísticas recogiendo más viajeros. Compramos la excursión porque no habíamos
consultado los libros turísticos y nos sentíamos perdidos y desorientados en
aquel territorio que deseábamos conocer.
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Paco Vivo, Excursión desinformativa. 2012 |
Cuando
tomamos definitivamente la carretera hacia nuestro primer destino, comenzó la
cantinela del guía comentando hechos relacionados con los lugares que
velozmente atravesábamos, tanto que no
han quedado en mi memoria, salvo fugaces flashes que, probablemente, no por
casualidad, coinciden con las imágenes de las fotografías. Lugares que podían
tener su interés, pero que en aquel momento no eran meta de la turné.
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Paco Vivo, He perdido información. 2012 |
Sin embargo,
recuerdo vívidamente la dificultad para hacer fotos. El movimiento de la guagua
sin parar de dar curvas me zarandeaba como un pelele, la luz de lo que se me
ofrecía para fotografiar cambiaba a cada volantazo, ahora me deslumbraba mirando
al mar y a los pocos segundos todo se oscurecía frente a matorrales o la piedra
desnuda. Tal agitación me hacía tener la sensación de perderme la mitad de la
vista, por no poder contemplar limpiamente el paisaje. Pero qué importa, no
todo se puede ver a la vez, con tranquilidad, bien está que aprovechemos
aquello que tenemos delante. Aunque, seguramente, la mayoría de mis compañeros tendría
como yo la sensación de fugacidad, superficialidad, parcialidad, de no tener
tiempo de mirar para reflexionar, ni siquiera de poder captar lo inmediatamente
acontecido.
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Paco Vivo, Fotografía a la nada en el autobús de la Caldera. 2011 |
De cualquier manera, hacía fotos que pudieran
explicarme la situación. Fotografías que mis compañeros de viaje considerarían
tiradas a la nada. Fotos sin personajes, sin un paisaje pintoresco, sin ni
siquiera atractivo; y si las hubieran visto, creerían, además, que estaba
chalado, porque salían desenfocadas, movidas, con reflejos y ángulos
aberrantes.
Pasada otra
hora, subíamos, curva tras curva, por la ladera de una montaña junto al mar. El
guía nos avisó que pronto pararíamos por si acaso alguien tenía necesidades. Al
llegar a un mirador, junto a un alto risco, el autocar se detuvo y bajamos.
Teníamos el tiempo de tomar un café en el restaurante antes de reanudar la
marcha. Realmente la vista era impresionante, por un lado la prominente cumbre,
por otro el vacío y el infinito océano. Los turistas hicieron algunas fotos con
sus seres queridos frente a la cámara y desaparecieron en el bar. Habían
soportado dos horas de balanceo para meterse en una cafetería en la que
tendrían las mismas experiencias que en la de su barrio, a no ser que fueran
buscando las diferencias de sabor de este café comparado con el que tomaban
habitualmente en su ciudad.
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Paco Vivo. Construcción desinformativa. 2012 |
Como a veces
se dice, merecemos aquello que nos ocurre. Somos culpables de nuestra poca sensibilidad
y cultura, de nuestra desinformación. En
vez de disfrutar de un lugar maravilloso, de simplemente dejarse inundar
contemplativamente, aunque fuese el tiempo de un café, preferimos encerrarnos
en un local sin vistas cuyo dueño, desgraciadamente, no había sabido comprender
las posibilidades de su establecimiento ya que no tenía incomprensiblemente ventanas
hacia el exterior donde se ofrecía el espectáculo. Tan idiotizados estamos que
nosotros mismos nos censuramos, no queremos aprender, es decir, tener nuevas
sensaciones y criticamos a quienes actúan de forma diferente pidiendo
información. Un café era suficiente coacción para que se rechazase el disfrute
de una vista sobrecogedora.
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Paco Vivo, Desinformación agazapada. 2012 |
Por mi parte,
anduve por unas sendas haciendo más fotografías y atento al movimiento de mis
compañeros, que pasados unos minutos comenzaron a aparecer dirigiéndose al
cubil para seguir dormitando.
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Paco Vivo, Centro desinformativo. 2012 |
El guía, con
una voz bien educada, subiendo y bajando el tono, tan pronto llamaba nuestra
atención para señalarnos la torre de una iglesia, como ignoraba, para no
agobiarnos con demasiadas crónicas, un cartel indicativo que anunciaba unas
cuevas prehistóricas. Tras un inesperado silencio, su palabra resonó poderosa
para avisarnos de algo especial, la presencia de una casa de indiano de colores
llamativos que tenía un fantasma y de la calidad del maíz de su entorno que,
como nos explicó, era superior gracias a la maravillosa tierra en la que era
cultivado. Aquellas reseñas me parecían informaciones vacías ofrecidas como si
fueran noticias de hechos con calado para que la gente pensara que así recibía
información. Y todos conformes. Sin embargo, la verdadera información no
llegaba, seguíamos sin saber nada de las cualidades de la tierra ¿hubiera sido
recomendable preguntar qué características poseía para producir tan buen maíz?
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Paco Vivo, Mirada oblicua. 2011 |
Al poco
tiempo el guía tuvo la oportunidad de explicarlo. La construcción de la
carretera había dejado al descubierto unas perfiladas capas sedimentarias de
diferentes colores que se retorcían sobre si mismas haciendo juegos lineales
como en un cuadro geométrico. Allí se veía claramente la composición de la
tierra, pero el silencio se hizo en aquel instante prescindiendo de un
testimonio de conocimiento. No se supo apreciar aquella huella, lo que me dio a
entender que de entre todos los acontecimientos no sabemos valorar, seleccionar
y jerarquizar nuestra información. Y, si no sabemos hacer esto, es que no hay
verdadero saber. Si lo único que decimos de las cosas es que ocurren, y no
sabemos o no nos preocupa porqué y qué consecuencias pueden tener, todo se
relativiza. De este modo, al fin, sólo buscamos lo fácil, lo que no da
problemas, lo espectacular, lo que nos sorprende, lo extravagante y
desproporcionado pero que no está tan cerca de nosotros como para
importunarnos. Y no valoramos la información documentada que denota reflexión,
aquella que nos daría una visión natural de la realidad.
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Paco Vivo, Ráfaga desinformativa. 2012 |
Al llegar a
nuestro destino, un angosto valle arbolado donde había restos prehistóricos,
seguramente más interesantes que los que señalaban la primera indicación,
algunos turistas no quisieron hacer el recorrido, un paseo por una senda del
bosque de una hora de duración con apenas desnivel. Estaban cansados por el
viaje y hacía calor. Además era la hora de la comida y prefirieron quedarse en
el punto de información tomando un refrigerio.
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Paco Vivo, Camino de la desinformación. 2011 |
El camino
envuelto por vegetación selvática se iluminaba con cegadores y puntuales rayos
de luz. El guía, seguramente día tras día ante los mismos árboles, repetía de
memoria su perorata. Ahora, a pesar de su mayor monodia explicativa, nos
informaba con más rigor, sus comentarios razonaban suficientemente las causas,
el sentido y consecuencias de lo descrito. Pero las prisas para cumplir el
horario no nos dejaron ilustrarnos adecuadamente, ni tan siquiera disfrutar del
entorno. Con el bocadillo recién engullido subimos de nuevo al autobús sin
conocer realmente aquel sugestivo lugar. Una vez más otro momento vital pasaba
sin fructificar porque a todo le damos la misma importancia y por tanto lo
banalizamos convirtiéndolo en superficial o fragmentario.
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Paco Vivo, Llamada de atención desinformativa . 2012 |
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Paco Vivo, Localización falseada. 2011 |
A lo largo
del día todos habíamos tomado confianza con el vecino y el guía con todos
nosotros, por lo que parecía darnos información de forma espontánea, no tan
sujeta a guión, permitiéndose, en ocasiones, opinar sin tapujos, aunque los
temas que tratara no dejasen de ser anecdóticos. Así, nos decía que en ese
restaurante, que acabábamos de ver pasar por la ventanilla, se come muy bien,
pero son un poco sucios. O, que, aquel caserón fue un lagar donde se elaboraba
un vino exquisito que ganó consecutivamente durante un tiempo el premio al
mejor de la región, siendo una pena que, por no dar muchas ganancias, hubiera
cerrado. Nos fiamos del guía, pero quién nos podía certificar que ese caserón
fue un lagar. No nos bajamos del autobús para comprobarlo, y desde nuestra
situación no se veía ningún signo que lo acreditara.
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Paco Vivo, La mitad de la información es desinformación. 2012 |
De buena fe
damos crédito a muchas noticias, pero a veces se hace necesaria una
verificación fáctica, que aunque también puede ser falseada, quien lo haga se
juega su prestigio o algo más según la importancia del tema.
Dar la
opinión o el parecer, decir aquello que se piensa sin base o documentación, sin
ser especialistas en el asunto, está a la orden del día. Quién no ha visto en
televisión una tertulia. Desgraciadamente estos pareceres intervienen en la
base de la formación de la opinión pública y sustituyen al verdadero saber.
Al escuchar las opiniones del guía y la apatía
del grupo, me dio por pensar que no nos importa saber la verdad, que nos
conformamos con crear o tener la apariencia de verosimilitud. Y como no
exigimos la profundidad de conocimiento el simulacro es suficiente, lo que
aprovecha el poder para manipular la verdad.
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Paco Vivo, Mar de fondo. 2011 |
Como el guía
había hablado de tantas cosas teníamos la sensación de que había nombrado todo lo importante, con sus pros y
contras, que había recogido todas las opiniones. Además, como nos había puesto
un vídeo de la comarca con los lugares más bonitos que coincidían con los de
los folletos e incluso con los de un programa conocido de televisión y, claro,
habíamos estado allí, pues, ya conocíamos la región, parecía que lo sabíamos
todo, y que incluso habíamos tenido libertad para elegir y formarnos nuestra
opinión.
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Paco Vivo, Paisaje silencioso. 2012 |
Lo extraño
era que estábamos de vuelta y no habíamos conocido a ninguna persona del lugar,
todas las paradas eran en centros turísticos, así que no pudimos tener la
opinión de los lugareños. Parece que siempre se omite la opinión de quienes no
tienen el poder, el dinero o la organización para hacerse oír, que son
acallados por los poderes dominantes, por lo que se produce un silencio sobre
temas políticamente incorrectos. Seguramente si hubiéramos investigado por
nuestra cuenta tendríamos datos diferentes de los que habíamos recibido. Pero, ¿quién
investiga? Y algo importante, ¿quién investiga a lo largo del tiempo y presenta
conclusiones en profundidad con años de indagaciones?
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Paco Vivo, Información carretera sinuosa, 2011 |
Para alguno
de mis compañeros este no era el primer viaje en autobús por la comarca, se
podían comprar itinerarios con destino final diferente, aunque me comentaban
que los guías contaban cosas parecidas de todos los lugares. Como un coro de
informadores repetían cualquier hecho de forma parecida. Entonces, nosotros, si
no tenemos capacidad crítica, creemos que esta es la información que debemos
recibir, ya que todos los medios la realizan de forma análoga. Del mismo modo
esta repetición nos hace pensar que esas informaciones corresponden a la
realidad, creándose la ilusión de conocimiento.
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Paco Vivo, Emergencia, impresión solar. 2011 |
La costumbre nos ha hecho ver normal la
manipulación de los medios de comunicación, parece como si no existiese la
objetividad y la verdad, sino intereses económicos e ideológicos de poder.
En la
habitación tras un día agotador lo que nos importaba era descansar, que nos
dejasen tranquilos, tanta información nos molestaba. Pero, desgraciadamente, al
no tener conocimientos veraces no podemos hacer uso de nuestra libertad. No
echemos la culpa tan sólo a los medios, sino procuramos instruirnos
personalmente estamos ejerciendo una agresión contra nosotros mismos. Si intentamos
profundizar, nos daremos cuenta de que la desinformación constituye una
violencia real, que la ignorancia es causa de excesos y destrucción, que no por
silenciosa es menos grave y real.
Al final del
día, tantos comentarios, el exceso de información inútil impedía que
recordásemos lo que nos podía dar conocimiento real, un contenido significativo
que sirviera para construirnos como personas.
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Paco Vivo, Cae la información. 2012 |