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Camino Nevado - Foto encontrada al azar por Internet |
Amigos, la casualidad entre las
casualidades, la sorpresa de las sorpresas.
Como sabéis en mi blog
elijo fotos de Internet al azar para ilustrar mis entradas. Pues, hace unas
semanas recibí un correo de un desconocido que me decía sentirse halagado a la vez que intrigado y alarmado porque algunas
de las fotografías que cuelga en diversos sitios de la red con diferentes
seudónimos, aparecen reunidas en mi blog. En concreto, en el mes de marzo en la entrada titulada Al encuentro de lo cotidiano buceando en internet. Y que también publico aquí al final del texto.
Como las bromas por Internet suelen
ser algo común, no hice caso a esta notificación. Sin embargo, me quedé
mosqueado. No sabía por dónde podía tirar la inocentada o si había alguna intención
más.
Después de unos días, recibí un
segundo correo del desconocido -aparte de la inevitable dirección email no me
daba más datos- donde me decía que comprendía que no le contestara, porque
suponía que su correo me habría parecido tan extraño como a él ver reunidas en
mi blog sus fotos. Proseguía, exponiendo que no pretendía que hiciera ninguna
corrección de los datos de las fotos, ya que publicaba con seudónimos y no le
interesaba el reconocimiento o los derechos de autor. Lo que le movía a
escribirme era saber de qué manera habían sido elegidas sus fotos de entre los millones
que circulan por Internet e insistía en el deseo de conocer qué procedimiento
había aplicado para distinguirlas. Y, para certificar que las fotos eran suyas
adjuntaba dos de las mismas en formato raw, es decir, su negativo digital.
Ahora sí que estaba
verdaderamente sorprendido. Aún así, pensé que las casualidades se dan y que podría
ocurrir que escogiera dos fotos de internet del mismo individuo. Por otra
parte, no es una casualidad tan descabellada. La intuición te lleva a asociar
elementos dispares por detalles subliminares insignificantes. Después, por mor
de las coincidencias alguien reconoce las fotos y me lo hace saber
escribiéndome un correo.
Intenté identificar a esa persona
y para ello pregunté a los amigos si se podía encontrar a alguien por su
dirección de correo. Entre mis círculos no sabían cómo hacer tal cosa y les
parecía complicado, aunque parece ser, según me dijeron, existen buscadores de
identidad. ¡Bueno!, tampoco el asunto merecía tanto la pena. En todo caso, más
que saber quién era, lo interesante era la propia historia en sí y ver qué
rumbo tomaba.
Respondí, a esa secreta dirección
diciendo que, desde luego también a mi me parecía extraño lo que estaba
ocurriendo, que podían darse las casualidades, que podría haber elegido dos de
sus fotos, pero que me parecía imposible haber acertado con siete. Si hubieran
sido de la misma temática o de una técnica con características parecidas,
podría ser que por afinidad hubiera elegido tres o cuatro. Pero fotos con esa
disparidad de criterios, lo veía tan complicado como acertar en la lotería
primitiva los siete números. Las fotos podrían ser de siete autores diferentes.
Y, si este asunto pudiese tener algún viso de realidad alguno de nosotros
podría tener un conflicto psicológico. Un desorden que nos haría gozar de la diversidad
visual de una multitud de personas de mirada cotidiana, es decir, que para lograr esta pluralidad de fotos adoptaríamos
la personalidad de individuos de diferentes edades, profesiones, estados de
ánimos o momentos varios de relación con las demás personas, etc.
Le exponía que nunca había reparado
en que pudiera tener esa visión tan múltiple, que mis amigos tampoco me lo
habían insinuado y que en consecuencia no había utilizado ningún método psicológico,
iconográfico o de cualquier otro tipo para elegir las fotos, que todo era fruto
de la casualidad, que el azar era así de caprichoso. Finalmente le pedía que
dijera la verdad, que se trataba de una broma que hasta ahora había sido
divertida, pero que por inverosímil ya estaba llegando a su límite.
Pasados unos días recibí
respuesta. Con toda educación y cordialidad me decía que no intentaba mofarse
de nadie, todo lo contrario, esta persona insistía en mostrarse tan sorprendida
como yo. Que le parecía literario lo del conflicto psicológico. Y volvía a
repetir que lo que le había movido a escribirme era conocer cuáles habían sido
las circunstancias para que sus fotos, sorpresivamente, hubieran sido reunidas
en un mismo espacio. Me enviaba los cinco formatos raw restantes como prueba,
pidiéndome por favor que no hiciera mal uso de ellos. Qué si pudiera haber
respuesta, le gustaría llegar a saberla.
Con siete formatos raw
confirmando la autoría, ahora sí que estaba completamente confundido, asombrado
y podría poner todos los sinónimos de sorpresa hasta llegar al pasmo y la fascinación.
No soy un técnico informático y
no sé si podrán obtener de una foto cualquiera tomada de Internet los datos
suficientes para generar un archivo raw. Mi anónimo bromista, si las fotos no
fueran suyas, para conseguir su propósito, tendría que haber procesado las
fotos que copié de internet por medio de no sé qué programa y aumentar la
información, de tal modo que en el proceso de edición se pudieran controlar luz, temperatura de color, nitidez, contraste,
exposición, etc., sin que el archivo original se modificara. Así, si alguien quisiera
comprobar su autenticidad, por ejemplo ampliándolas de tamaño o forzando su
profundidad de color, pudieran ofrecer gran calidad en cualquiera de sus versiones.
He estado manipulando los
archivos que me envió y hasta dónde puedo analizar, parecen originales. Con lo
que tengo en mis manos no puedo dudar de la veracidad de los documentos, ni de
lo que me dice esta persona.
Que tenga esas pruebas, convierte
la posible broma en una cuestión más complicada y personal. El asunto aparte de
inaudito es algo que me sobrepasa y desconcierta. Lo que me resulta
inconcebible es que yo mismo haya podido elegir en el infinito maremágnum de
Internet siete fotografías del mismo autor.
Si se trata de una broma, es
sofisticada y debe tener un propósito oculto. Si es reírse de mí, eso es fácil
de conseguir y no tiene mayor importancia. Si quiere algo más me cuesta trabajo
imaginarlo. Dejarme en ridículo ante no se quienes es una tontería, mi estatus
no ofrece un gran escenario para el escándalo o la publicidad, mi círculo de amigos
y conocidos no es muy amplio. Y si es para denigrarme ante alguien en concreto,
no me imagino ante quién. Por otra parte, no creo tener enemigos o personas que
quieran humillarme de esa manera.
Haciendo cábalas variopintas,
imagino que este tinglado podría ser como una prueba, como un obstáculo de una
competición que hay que superar para demostrar algo. Pero, no sé qué objetivo
tiene, ni qué será ese algo a dilucidar o demostrar. Dándole otra vuelta de
tuerca, si es una prueba para mí, también puede ser una prueba para esa otra
persona: un juego, como los de rol, para ver como reaccionamos ante una
situación paradójica e inverosímil. Si mi interlocutor anónimo ha propuesto el
experimento juega con ventaja. Más aún si me conoce. A no ser que, para que fuera realmente emocionante
para él, decidiese elegir al contrincante al azar, para estar en igualdad de
condiciones. Pero tampoco estaríamos al mismo nivel porque él pone o conoce las
reglas.
Ha pasado algún tiempo y no he
tenido noticias del misterioso personaje. Tal vez es verdad lo que dice y no le
apetece insistir o se ha cansado o espera que yo dé el siguiente paso. Si es
esto último, lo va a conseguir, porque esta entrada es la consecuencia de su
estratagema y de mi curiosidad. Si es un juego, con este escrito que hace
pública la situación, estoy entrando en él. Por una parte tengo reparos por
meterme en una historia en la que no sé por dónde me pueden salir y por otra me
parece un reto atractivo. Una vez
publicado este escrito no tengo más remedio que continuar y ver qué pasa.
Espero no tener sorpresas negativas y que por el contrario resulte
una experiencia interesante. Confío en que me proponga algo sobre fotografía y
más concretamente de fotografía popular, de fotografía de lo cotidiano que es
de lo que tratan las fotografías de marras.
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Mancha - Foto encontrada al azar por Internet |
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Mi perro - Foto encontrada al azar por Internet |
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Foto encontrada al azar por Internet |
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Ropa - Foto encontrada al azar por Internet |
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Sofie - Foto encontrada al azar por internet |
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Ventana - Foto encontrada al azar por internet |
Un saludo, mi desconocido
bromista o competidor.